Inflación que no cede, déficit fiscal creciente y un mercado laboral dinámico obligan al Emisor a optar por la cautela

La Junta Directiva del Banco de la República decidió, por estrecha mayoría (4 a 3), mantener estable la tasa de intervención en 9,25 %, argumentando que la inflación persiste, el déficit fiscal se agrava y la economía ha mostrado un comportamiento más dinámico de lo previsto.

Aunque tres codirectores plantearon la posibilidad de reducir el costo del dinero —dos proponiendo un recorte de 50 puntos básicos y uno de 25— la mayoría respaldó una posición conservadora, respaldada por el aumento de las expectativas de inflación y el deterioro de las cuentas públicas.

El gerente del Banco, Leonardo Villar, explicó que los factores internos han dificultado un descenso más rápido de los precios, mencionando los incrementos del salario mínimo, que elevaron en 11 % los costos laborales de contratación en ese rango, y el déficit fiscal, que superará el 7 % del PIB en 2024 y se mantendrá por encima de 6 % en 2025.

“Esperamos cerrar 2025 con una inflación cercana al 5 % y llegar al rango meta a mediados de 2026”, señaló Villar, quien recordó que la suspensión de la regla fiscal ha presionado los TES y aumentado la percepción de riesgo país.

La más reciente encuesta de Anif ya anticipaba esta decisión: 20 de los 21 analistas consultados preveían que el Banco mantendría su tasa sin cambios.

El IPC anual de agosto se situó en 5,1 %, completando dos meses consecutivos al alza, lo que refuerza la necesidad de cautela en la política monetaria.

Con información de FORBES.

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