La decisión del presidente Gustavo Petro desata críticas internas, alarma internacional y abre un escenario que expertos califican como riesgoso para la seguridad regional.
El gobierno del presidente Gustavo Petro ordenó suspender el envío de información de inteligencia y seguridad a Estados Unidos, en respuesta a los ataques realizados por la administración de Donald Trump contra embarcaciones sospechosas de transportar droga en el Caribe y el Pacífico. Para Colombia, estas acciones violan normas internacionales; para Washington, se trata de operaciones destinadas a proteger a sus ciudadanos. La medida ha provocado un inmediato revuelo diplomático y político, reavivando tensiones en la relación bilateral.
Críticas no han faltado. El expresidente Iván Duque calificó la decisión como perjudicial para la seguridad nacional, mientras que analistas como Mauricio Reina señalaron que, a diferencia del Reino Unido —país que también frenó el intercambio de inteligencia—, Colombia enfrenta una crisis de orden público que hace indispensable la cooperación con agencias estadounidenses. Otros expertos advierten que la ruptura afecta tanto a Bogotá como a Washington, pero beneficia directamente a organizaciones criminales que operan en el país.
La relación de inteligencia entre ambos gobiernos ha sido la columna vertebral de la lucha antidrogas desde los años 80, permitiendo interceptar rutas marítimas y aéreas, incautar cargamentos en puertos y perseguir a los principales capos. Con 253 mil hectáreas de coca reportadas por la ONU y la suspensión de la erradicación forzada en el país, especialistas alertan que la disminución de operativos conjuntos podría debilitar la capacidad para frenar el avance del narcotráfico y del crimen organizado.
El distanciamiento coincide con uno de los momentos más tensos entre Washington y Bogotá. Trump ha acusado abiertamente a Petro de favorecer al narcotráfico y sancionó a varios miembros de su círculo cercano, además de congelar la ayuda anual de EE.UU. para la lucha contra las drogas. Mientras tanto, sectores políticos y económicos colombianos piden bajar el tono y evitar un deterioro mayor en la relación con el principal socio comercial del país. No obstante, expertos consideran improbable un desescalamiento mientras Trump permanezca en la Casa Blanca.

