La jueza Sandra Heredia validó pruebas clave en el caso por fraude y soborno. El expresidente no asistió y su defensa anunció apelación. El país entra en una nueva etapa de tensión institucional.

Colombia vivió un día clave para su democracia. Este lunes 28 de julio, la jueza Sandra Liliana Heredia emitió el fallo en primera instancia en el proceso penal contra el expresidente Álvaro Uribe Vélez, acusado de fraude procesal y soborno a testigos. El dictamen validó las pruebas presentadas por la Fiscalía, entre ellas las declaraciones de Juan Guillermo Monsalve y Deyanira Gómez, así como interceptaciones telefónicas y documentos. Los testigos de la defensa fueron desestimados.

Uribe, quien no asistió a la audiencia personalmente, fue representado por su equipo legal, que ya anunció la apelación ante el Tribunal Superior. Mientras tanto, el fallo agitó el clima político en las calles: en las afueras del complejo judicial de Paloquemao se vivieron choques entre simpatizantes y opositores del exmandatario. La jueza también tuvo que intervenir para silenciar a la senadora María Fernanda Cabal, presente en la diligencia.

Aunque se trata de un fallo en primera instancia, su efecto trasciende lo jurídico. La jueza Sandra Heredia concluyó que hubo un intento probado de soborno en el proceso penal, basado en pruebas sólidas y actuaciones coordinadas para alterar el testimonio de Juan Guillermo Monsalve.

Durante la audiencia, hizo un llamado a no interpretar la decisión como un triunfo o una derrota, sino como una manifestación de justicia en nombre del Estado. Si la sentencia termina siendo condenatoria, Uribe podría enfrentar hasta 12 años de prisión o detención domiciliaria. Mientras avanza la apelación, este caso ya marca un punto de inflexión para el sistema judicial y para el panorama político de cara a las elecciones presidenciales de 2026.

 

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