Las autoridades intensifican operativos contra el contrabando y la falsificación, protegiendo la salud pública y las finanzas del departamento.
En un nuevo golpe contra las estructuras dedicadas a la adulteración de bebidas alcohólicas, las autoridades de Cundinamarca confiscaron más de 10.000 botellas que estaban listas para ser comercializadas ilegalmente bajo apariencia de legalidad.
Este operativo hace parte de las acciones articuladas del Grupo Especial de Control a la Ilegalidad (GEPCI), que ha venido liderando labores de inteligencia en conjunto con la fuerza pública y aliados del sector privado. Su objetivo: combatir el contrabando y la falsificación de licores, garantizando la seguridad de los consumidores y salvaguardando las rentas del departamento.
El gobernador destacó el enfoque adoptado desde el inicio de su administración: “A partir de este gobierno y desde el año 2024 nos hemos especializado en intervenir toda la cadena de producción, poniendo especial atención en los casos de falsificación y adulteración de licores”.
A lo largo de 2025, las acciones adelantadas han permitido no solo el decomiso de más de 10 mil botellas adulteradas, sino también la retención de más de 56.000 unidades adicionales que permanecen en custodia, a la espera de ser destruidas una vez concluyan los procesos judiciales correspondientes.
Estas medidas forman parte de una estrategia integral de control y protección al consumidor, reafirmando el compromiso del gobierno departamental con la legalidad y la salud pública.