Familias que invirtieron todos sus ahorros aseguran que la constructora Altium frenó las obras, no entregó servicios básicos y estaría revendiendo los mismos apartamentos que ya fueron pagados. La Superintendencia de Industria y Comercio abrió investigaciones.
Lo que comenzó como el sueño de tener vivienda propia terminó siendo una pesadilla. Hace más de cinco años, la constructora Altium empezó a vender el proyecto Emaús, en Fusagasugá, con planos que prometían zonas comunes, servicios asegurados y calidad de vida. Pero hoy, los compradores aseguran que sienten lo mismo que en la popular comparación de internet: “lo que pedí vs lo que recibí”. La ilusión de tener casa propia se desvaneció entre obras inconclusas y promesas incumplidas.
Las obras se frenaron, las entregas no llegaron y solo una torre fue levantada, pero sin agua ni luz aseguradas. “Pagamos el 100 % y estamos viviendo en condiciones precarias. No tenemos servicios y tampoco respuestas”, denunció uno de los afectados. Los demás bloques siguen inconclusos y el conjunto se ha convertido en un verdadero elefante blanco.
La situación escaló cuando la constructora notificó un desistimiento unilateral, prometiendo devolver el dinero en 90 días. Ese plazo se cumplió hace más de un año y, según los compradores, nadie les responde. Lo más grave: denuncian que Altium estaría revendiendo los mismos apartamentos que ellos ya pagaron y, en algunos casos, incluso aparecen embargados. “Ahora tengo dos problemas: la constructora y el embargo. ¿Cómo hay otra escritura sobre mi apartamento?”, cuestionó otra víctima.
Camacol aclaró que Altium no es empresa afiliada, pero hizo un llamado urgente a verificar siempre la trayectoria y respaldo financiero de cualquier constructora antes de hacer negocios. Entre 2024 y 2025, la Superintendencia de Industria y Comercio ha recibido múltiples denuncias contra Altium y ya adelanta tres indagaciones preliminares por posibles afectaciones a los consumidores.

