Gracias al reporte de la ciudadanía, técnicos de la CAR y del cuerpo de Bomberos lograron devolver a su hábitat natural a este animal clasificado por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) como vulnerable.
Una nueva acción de protección de fauna silvestre tuvo lugar en las últimas horas en el municipio Ricaurte, Cundinamarca, luego de que la comunidad reportara a las autoridades la presencia en las instalaciones de una unidad residencial, de un caimán aguja (Crocodylus acutus), una especie considerada en estado de amenaza vulnerable (VU), de acuerdo con la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza – UICN.
Tras el aviso de la comunidad, expertos de la dirección regional Alto Magdalena de la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) en compañía del cuerpo oficial de Bomberos lograron el rescate del animal de manera controlada y sin interacciones negativas entre el reptil y los habitantes del condominio.
El equipo de la CAR realizó una valoración clínica del ejemplar, que incluyó la revisión de su estado físico y posibles lesiones, por fortuna se determinó que el caimán aguja se encontraba en adecuadas condiciones de salud, sin evidencias de enfermedades o traumatismos que comprometieran su supervivencia, condiciones que le permitieron ser liberado inmediatamente en un hábitat que cumplía con los criterios técnicos necesarios para garantizar su bienestar y adaptación al medio natural.
Cabe resaltar que el caimán del Magdalena, o caimán aguja, es una especie “sombrilla” porque cumple funciones importantes como el aporte de nutrientes de fósforo y nitrógeno a través de sus excretas y por contribuir a la oxigenación de las aguas en las que habita y a retirar obstáculos por los movimientos que realiza con su cuerpo, lo cual implica que al conservarla se beneficia todo el ecosistema.
No obstante, se considera en peligro de extinción debido a diferentes factores como el tráfico y comercio ilegal; la sobreexplotación comercial; la transformación de su hábitat; las interacciones con especies invasoras y, principalmente, la contaminación de los cuerpos de agua.
El caimán aguja ayuda a regular las zonas hídricas de las inmediaciones del río Magdalena, teniendo en cuenta que es un cazador de peces carnívoros o en malas condiciones y un excavador de grandes túneles que ayuda a drenar los caños sedimentados o las ciénagas; en su proceso digestivo libera elementos utilizados por las plantas y los animales. Adicionalmente, esta especie tarda entre 6 y 9 años para lograr su madures sexual que le permita su reproducción.
La directora regional Alto Magdalena, Camila Velásquez, señaló que “el caimán aguja es una especie clave en los ecosistemas acuáticos de la región, ya que desempeña un papel fundamental en el control de poblaciones de peces y otros organismos, contribuyendo al equilibrio ecológico. Además, su presencia es un indicador de la salud de los humedales y ríos, lo que resalta la importancia de su conservación”.
La Corporación reafirma su compromiso con la conservación de la fauna silvestre, especialmente de especies en estado de amenaza. La protección de esta especie no solo beneficia a la biodiversidad, sino también a las comunidades que dependen de los servicios ecosistémicos que estos hábitats proveen.