Canciller pidió ante Comisión de Estupefacientes excluir la hoja de coca de la lista de sustancias más dañinas. Conozca las reacciones.
«La evidencia es contundente: el narcotráfico ha frenado el desarrollo de nuestro país, ha victimizado a millones de campesinos, ha financiado grupos terroristas y ha devastado ecosistemas esenciales como la Amazonía», señaló la canciller. Además, destacó que la situación no es exclusiva de Colombia ya que en la última década la oferta global de drogas no se ha reducido y el número de consumidores recreativos ha aumentado en más de 50 millones de personas.
La ministra Sarabia anunció que Colombia ha solicitado formalmente la revisión de esta clasificación, respaldada por evidencia científica. «La ciencia demostrará que la hoja de coca en sí misma no es perjudicial para la salud. Solo podremos arrebatársela a los narcotraficantes si aprovechamos su potencial en usos industriales, como fertilizantes y bebidas», sostuvo.
De igual manera, instó a la comunidad internacional a construir un nuevo modelo basado en la evidencia y el respeto a la vida. «Reformar el régimen global de drogas no significa normalizar el narcotráfico, sino dotarnos de herramientas más eficaces para combatirlo. No podemos seguir repitiendo los errores del pasado. Para Colombia, reenfocar esta política es una cuestión de vida y paz».
Reacciones
Vicky Dávila, precandidata presidencial criticó con dureza la solicitud de la canciller, en su intervención en el 68º período de sesiones de la Comisión, celebrado en Viena, Austria, Sarabia aclaró que esta petición no implica un cambio en la política de erradicación del cultivo de coca en Colombia.
Dávila, señaló en su red de X que durante el mandato de Petro se debilitó la lucha contra toda la cadena del narcotráfico, priorizando la interdicción, pero sin lograr erradicar el problema de fondo.
Por su parte, María Fernanda Cabal precandidata del Centro Democrático a la Presidencia, replicó en redes sociales, «El Gobierno Petro prefiere maquillar la crisis del narcotráfico en lugar de enfrentarlo. Casi 300 mil hectáreas de coca y su solución es sacarla de la lista de sustancias dañinas».
Añadiendo, que mientras la droga financia el terrorismo, destruye la selva y envenena a miles, los cultivos ilícitos siguen creciendo y los narcotraficantes se fortalecen, y puntualiza, que «No se combate el narcotráfico con discursos, se combate con autoridad, erradicación forzosa y presencia militar».
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